- Decenas de comunidades han lanzado un grito de auxilio en los últimos meses, ya que la mayoría de los habitantes han emigrado producto de un desplazamiento forzado, violencia y desempleo.
Prensa de la región/Blanca Rodríguez de la O.
Quienes más padecen el mal gobierno de Samuel García son los 37 municipios de la zona rural de Nuevo León, sin que parezca que tendrán pronto una solución a sus problemáticas.
Mientras el Mandatario sigue enfrascado en una guerra política con los partidos de oposición, lo cual tiene sumido al Estado en la ingobernabilidad e inestabilidad en todos los sectores, los Ayuntamientos fuera de la zona conurbada se hunden cada vez más.
Decenas de comunidades han lanzado un grito de auxilio en los últimos meses, ya que la mayoría de los habitantes han emigrado producto de un desplazamiento forzado, violencia y desempleo.
Estados Unidos ha sido el destino principal de personas que originalmente vivían en lugares que se han ido convirtiendo en “pueblos fantasma”, pero también familias enteras se han mudado a entidades vecinas.
Los Ayuntamientos principalmente afectados por la inseguridad y la falta de oportunidades son Doctor González, Cerralvo, Treviño, Agualeguas, Doctor Coss, Los Herrera, Villaldama, Parás, Los Aldama, Higueras, Marín y Melchor Ocampo, Los Ramones, entre otros, así como Mina, Abasolo, El Carmen y Salinas Victoria.
El Programa Sectorial de Seguridad y Justicia, publicado por la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León, indica que el 70 por ciento de los elementos de Fuerza Civil se encuentran desplegados en municipios alejados de la metrópoli, pese a que únicamente en ellos tiene su vivienda el 13 por ciento de la población nuevoleonesa.
En 2022 sólo el 6 por ciento de los policías patrullaba la zona rural, sin embargo, aún con el incremento de la vigilancia se ha podido reducir la incidencia delictiva y devolverle la tranquilidad y la paz a la gente y quienes no han podido irse se han impuesto un toque de queda, por lo que cuando se esconde el sol, ya no se sale a las calles, ya que de estas se apoderan grupos de la delincuencia organizada.
Las balaceras, ejecuciones, enfrentamientos, extorsiones, robos y despojo de propiedades son “el pan de cada día” en territorio rural nuevoleonés, ante la total indiferencia del Ejecutivo Estatal y su equipo de trabajo.
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