Mientras las calles de muchas colonias populares de Nuevo León siguen sin pavimentar, los hospitales públicos carecen de insumos básicos, el Gobernador Samuel García ha tomado una decisión clara: apostar 150 MIL MILLONES DE PESOS a un evento de apenas cuatro partidos de fútbol del Mundial 2026.
Sin embargo, lo que pocos dicen es que Nuevo León sólo albergará cuatro partidos, y que no están confirmadas selecciones de alto perfil como Brasil, Argentina, Alemania o Francia.
Se trata, en realidad, de encuentros de la fase de grupos que, si bien son parte del calendario oficial de FIFA, no garantizan ni la derrama económica esperada (mil millones de pesos) ni el impacto internacional que se presume.
La narrativa oficial es seductora: turismo, empleos temporales, derrama económica, promoción global del Estado. Pero la experiencia de otros mundiales revela que las grandes ganancias quedan en manos de un pequeño círculo empresarial, muchos de ellos ya cercanos al poder político, mientras que los gastos corren por cuenta del erario.
El estadio BBVA, propiedad de FEMSA, recibirá adecuaciones con dinero público. Hoteles y agencias turísticas se preparan para elevar precios durante el evento, beneficiando a los grandes consorcios del sector.
Extracto de la información a publicarse en la revista impresa próxima en circulación.
