Prensa de la Región

MI COMENTARIO

CLAUDIA Y ‘EL JEFE MAXIMO’

Por: Ernesto Cantú Murillo.

A nadie le queda la menor duda de que la Presidenta Claudia Sheinbaum sigue viéndole la cara de santo a Andrés Manuel López Obrador, de prueba está el discurso que dirigió en el Zócalo hace unos días:
«Han tratado de separarnos, pero eso no va a ocurrir, porque hay valores, hay honestidad, justicia y amor al pueblo de México», lo que quiere decir en cristiano que:
«No se hagan bolas, el jefe sigue siendo AMLO y yo nomás estoy siguiendo su camino». ¿A poco no?
Y es que Claudia sabe pefectamente de dónde viene su fuerza política. Sin López Obrador, no estaría donde está. El la llevó de la mano desde que fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y la colocó como su heredera natural.
Así que, por más que ahora ella sea la Presidenta, todavía le debe medio sexenio de agradecimiento y reverencias al ‘Padre de la Cuarta Transformación’.
Su discurso en el zócalo fue más de continuidad que de independencia. No habló de lo que ella hará diferente, sino de cómo seguirá con el legado de su mentor.
Y eso, aunque para muchos suene a pleitesía, para la Presidenta es estrategia pura. Sabe que millones de mexicanos siguen viendo a AMLO como el salvador del pueblo, y si ella se despega mucho, puede perder ese cariño que todavía tiene buena parte del país por el tabasqueño.
Aunque también hay que decirlo, hay algo de miedo. Sheinbaum no quiere enfrentarse al aparato político que López Obrador dejó armado dentro de Morena: gobernadores, diputados, funcionarios y un ejército de simpatizantes que siguen obedeciendo más al ‘Peje’ que a la misma Claudia. Por eso, mientras no consolide su propio poder, le conviene mantener la figura de AMLO como un símbolo intocable.
En pocas palabras, Claudia le rinde pleitesía porque la necesita. No sólo como inspiración, sino como escudo. Mientras tanto, el país observa cómo el nuevo gobierno sigue girando alrededor del mismo sol: López Obrador.
Así que aunque el nombre del Presidente cambió, el estilo y el discurso siguen igual. Porque en la 4T, el Jefe sigue siendo el mismo… aunque ya no viva en Palacio Nacional.

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